diumenge, d’octubre 14, 2012

MONTE VERITÀ: LA BÚSQUEDA DEL PARAÍSO PERDIDO.


Nacidos en una realidad donde las relaciones humanas están dominadas por el egoísmo, el lujo, la apariencia y la mentira, conscientes de esa condición a través de las enfermedades del cuerpo y del espíritu que nos aquejan, hemos decidido cambiar nuestras vidas por una forma más natural y saludable de existencia.

La verdad, la libertad de pensamiento y acción acompañarán nuestras aspiraciones como constantes puntos de referencia.

Ida Hofman y Henry Oedenkoven,
fundadores de Monte Verità, 1906




Los que habéis leído la entrada anterior:


sobre el anarco naturismo, podréis entender con mayor conocimiento de causa, las líneas que siguen, sobre uno de esos proyectos utópicos casi olvidados, llevado a cabo por algunas de las personalidades más destacadas e influyentes de la cultura europea del S.XX. Quizás recordéis que terminaba con unas preciosas palabras de Emma Goldman sobre el amor libre. Esa misma escritora, escribía más adelante, unas palabras que parecen dedicadas a los protagonistas de la auténtica aventura (odisea) que vamos a explicar a continuación.

Algún día, los hombres y las mujeres se elevarán y alcanza­rán la cumbre de las montañas; se encontrarán grandes, fuer­tes y libres, dispuestos a recibir, a compartir y a calentarse en los dorados rayos del amor. ¿Qué imaginación, qué fantasía, qué genio poético puede prever, aunque sea aproximadamen­te, las posibilidades de esa fuerza en las vidas de los hombres y las mujeres? Si en el mundo tiene que existir alguna vez la ver­dadera compañía y la unidad, el padre será el amor y no el matrimonio.



En 1906, Ida Hofman y Herny Oedenkoven, fundadores de Monte Verità, afirmaron que ante el hecho de que las relaciones humanas están dominadas por el egoísmo, la apariencia, el lujo y la mentira, era necesario cambiar nuestras vidas por una forma más natural y saludable de existencia. Por esta razón fundaron Monte Verità en el Ticino, corazón italiano de los Alpes Suizos. Muy pronto los intelectuales europeos se mostraron interesados por el proyecto y le dieron su apoyo. 





Este ensayo lleno de admiración por el pensamiento utópico,  tuvo entre otros seguidores a Jung, Eliade, Otto, Hesse, Kropotkin, Gross, Steiner, Arp, Joyce, Rilke, Thomas Mann, DH Lawrence, Franz Kafka, Franz Werfel, Frisch, Klee, Brecht, Stefan George, Tristan Tzara, Duncan y muchos vegetarianos, nudistas, teósofos, anarquistas, literatos y utopistas llenos de candor y de verdad.
Monte Verita fue ante todo, una colonia de naturistas, partidarios del anarquismo, disidentes del psicoanálisis y artistas que se oponían a la cultura patriarcal y luchaban por el resurgimiento de una vida más libre basada en el mito de la mujer. La existencia de esos antihéroes, hoy casi ignorados, está hecha de amores, tragedias, orgías, locura y mágicos crepúsculos. Su pensamiento, curiosamente olvidado, desencadenó la desconfianza de las autoridades, contribuyó al desarrollo de la danza moderna, del psicoanálisis y de la mejor literatura del S.XX.

EN BUSCA DEL PARAÍSO








En 1899, tres de esos no conformistas que buscaban huir de las metrópolis se encontraron por casualidad en el centro de cura de aguas de Arnold Rikli, en Veldes (Austria). Se trataba del millonario Henri Oedenkoven, hijo de un industrial belga; de Ida Hofmann, una profesora de música y feminista once años mayor que él, y de Karl Gräser, un teniente del ejército austríaco y posteriormente artista. Los tres intimaron y se dieron cuenta de que compartían las mismas inquietudes y deseos. Detestaban la sociedad patriarcal, amaban al sol como a un dios y rendían culto a la Mujer primigenia, como símbolo de la Madre Tierra.
Pronto se sumaron al trío Jenny, la hermana de Ida, también música y cantante; el hermano menor de Karl Gräser, 




Arthur (o "Gusto", como él quería que lo llamaran); Ferdinand Brune, un teósofo de Graz, y Lotte Hattemer, hija de un alto oficial de Berlín. Los siete querían escapar de las grandes urbes y comprar un terreno donde pudieran crear una comunidad con un estilo de vida propio.
Los amigos se dividieron para recorrer el Sur (que para ellos era el Ticino) con el fin de encontrar un lugar apropiado para vivir en contacto con la naturaleza. 




Los hermanos Gräser dieron así con la pequeña población de Ascona, que contaba entonces con poco más de mil habitantes. Los jóvenes se pusieron de acuerdo para comprar tres hectáreas y media de tierra en lo alto de Monescia y bautizaron el lugar como Monte Verità ("Montaña de la verdad").
Entonces comenzaron las disidencias. Oedenkoven e Ida Hofmann querían levantar un sanatorio para gente adinerada y, con las ganancias, sostener una comunidad naturista. Los hermanos Gräser -sobre todo Gusto- no estaban de acuerdo en seguir comprando o vendiendo cosas, aunque Karl adquirió, de todos modos, un pequeño terreno al lado del que tenían Oedenkoven y Hofmann, y construyó una casa donde se fue a vivir con Jenny Hofmann. 




Gusto eligió como domicilio una cueva de rocas en la que vivía a la manera de un anacoreta y Lotte Hattemer prefirió las ruinas de una casa abandonada, frente a la cual, todas las noches, encendía al aire libre un fuego ritual para purificar el mundo.
En 1902, se inauguró el sanatorio de Monte Verità y llegaron los primeros pacientes. En la clínica sólo se servía comida vegetariana, casi toda cruda. Los pacientes se exponían con el cuerpo desnudo a baños de sol y se sometían a curas de aire, de tierra y de agua. Vestidos con túnicas y sandalias, se entregaban a danzas grupales bajo las estrellas o los rayos solares.



Ida Hofmann publicó un panfleto en el que explicaba cómo las mujeres podían alcanzar salud y condiciones de vida más armoniosas. En primer lugar, no debían casarse pues el matrimonio era, para ella, una cadena de mentiras. Las grandes religiones, el hinduismo, el cristianismo y el judaísmo eran patriarcales y, por tanto, debían ser evitadas.
El sanatorio atrajo no sólo a clientes, sino también a numerosos simpatizantes de esas ideas naturistas y alternativas que se instalaban en la colina, dormían al aire libre o en las cabañas que levantaban. Otros se alojaban en hosterías, o bien alquilaban casas. Muchos llegaban a pie, vestidos al estilo de Monte Verità (muy parecido, por otra parte, al de los hippies de 1970).
Estos "naturmenschen" vivían desnudos generalmente, cultivaban sus verduras (hubo una muy corriente vegetariano) y rechazaban la sociedad moderna. 






Realizaban danzas rituales, a menudo sobre una música de Wagner, Todas estas comunidades anunciaban una nueva edad y lamentaban la Edad de Oro (el matriarcado), el Paraíso Perdido. 





Los niños iban hacer baladas, descubrir la naturaleza, cantaban de viejas canciones germánicas idealizando una edad media gótica,

EL PSICOANÁLISIS PAGANO







En 1905, la llegada de Otto Gross, uno de los hombres que mejor representaría ciertas ideas de Monte Verità, marcó una nueva etapa, de gran riqueza ideológica. Lo acompañaba su esposa, Frieda. Ella permaneció allí hasta la muerte, mientras su marido iba y venía de Monte Verità, hasta que en 1913 se fue para no regresar. Alto, delgado, rubio, de labios sensuales y ojos celestes, Otto ejercía una atracción irresistible sobre las mujeres. Había nacido en 1877 en Graz y era hijo del juez Hanns Gross, a quien se considera el iniciador de la investigación moderna de los delitos. Munido del arsenal de la ciencia positivista, Gross padre intentaba establecer la inocencia o la culpabilidad de un acusado apoyándose en los datos científicos, comolas huellas digitales o el análisis de la sangre, que le parecían mucho más confiables que los testimonios. Sentía hostilidad hacia el psicoanálisis y atacó el trabajo de Freud sobre la sexualidad infantil, de 1896. Hanns Gross encarnaba todo lo que su hijo combatiría.







En 1899, Otto se graduó en medicina y se embarcó en el barco Kosmos de la Hamburger Line, como médico de a bordo, con destino a la Argentina. Pasó por Punta Arenas y llegó hasta Tierra del Fuego, donde tomó contacto con los anarquistas locales. Durante esa travesía se hizo adicto a las drogas en las que buscaba una ampliación del conocimiento. De regreso a Alemania, se enfrascó en el estudio del psicoanálisis. Mientras su padre se interesaba en los asesinos para castigarlos, Otto lo hacía para comprender su comportamiento, corregirlos e impedir castigos inútiles. Pronto se convirtieron en enemigos intelectuales y Hanns, munido de su prestigio oficial, persiguió a su hijo de un modo implacable.
En Ascona, Otto Gross encontró un lugar donde podía vivir de acuerdo con sus ideas sin despertar demasiado la atención. Jamás tomaba alcohol y nunca comía carne, pero nunca pudo librarse del todo de su adicción a la cocaína y a la heroína. Era partidario de las posiciones más extremas de Freud, que él llevaba aún más allá en la teoría y en la práctica. Freud desconfiaba de él por su independencia y su audacia, aunque llegó a reconocer que entre sus discípulos había sólo dos hombres geniales: Jung y Gross.



En 1908, en un Congreso de psicoanalistas realizado en Salzburgo, Jung habló sobre la esquizofrenia y Gross sobre las perspectivas culturales del psicoanálisis. Otto pensaba que las neurosis podían ser eliminadas por medio de un cambio social y cultural. La situación que se vivía en Europa tornaba inevitable la enfermedad y él, al negarse a disfrazar su propia enfermedad frente a sus colegas, sentaba un ejemplo para que los otros psicoanalistas hicieran lo mismo. Eso era demasiado para Freud, que subrayó: "Somos doctores, y debemos seguir siendo doctores". Otto empezó a sentir que Freud era una figura tan patriarcal como su padre.
Según Gross, el amor libre y la promiscuidad, más aún las orgías, eran prácticas aconsejables (que él mismo seguía), porque de ese modo hombres y mujeres, al liberarse del sentido de la propiedad sobre otros seres humanos, podrían conquistar un sentido de igualdad.




Uno de los hechos que lo condenaron socialmente fue un gesto que él consideró piadoso. Lotte Hattemer, una de las fundadoras de Ascona, víctima de una atroz depresión, quería suicidarse y le pidió un veneno que no la hiciera sufrir. Aunque Gross buscó evitar que ella tomara esa decisión, cuando comprendió que no había modo de hacerla retroceder y que ella iba a matarse del modo más cruento, le proporcionó una sustancia que ella utilizó para terminar su existencia sin dolores. Por supuesto, Otto tuvo que responder ante la justicia por esa actitud. Años más tarde, se vio de nuevo involucrado en el suicidio de otra mujer, Sophie Benz, lo que perjudicó aún más la reputación del psicoanalista.


JUNG SE LIBERA DEL PECADO


Freud le pidió a Gross después del Congreso de Salzburgo que se internara en Burghölzli, donde Jung lo trataría. 




Este sometió a su colega a una terapia intensiva. En una ocasión, hablaron doce horas seguidas, intercambiaron roles y Jung, fascinado por Gross, fue psicoanalizado por éste, que le transmitió su hostilidad hacia la monogamia. Jung, que pasaba por una profunda crisis, aseguró a Freud que la salud mental de Otto y la suya propia habían mejorado después de las charlas que habían mantenido.
Convertido a la poligamia, Jung, que estaba casado con Emma Rauschenstein, se apresuró a tener relaciones sexuales con Sabina Spielrein. Dos años más tarde, ciertos párrafos de sus obras y cartas muestran la influencia de su colega y paciente. Llegó a escribir, por ejemplo, que "si el psicoanálisis tenía una función moral, consistía en transformar a Cristo, con cautela, en el dios adivinador del vino, que era, y absorber todos los impulsos extáticos del cristianismo con el único objeto de hacer del culto y del mito sagrado lo que había sido: una fiesta del vino en la que todo hombre podía tener el ethos y la santidad de un animal".
Como si estuviera empeñado en probar las tesis de su hijo sobre el patriarcalismo tiránico y asesino, Hanns Gross lo persiguió de un modo implacable. En 1912 lo desheredó porque, según él, Otto estaba loco, como lo probaban sus sucesivas internaciones en instituciones mentales, su prédica del amor libre, el anarquismo y la convicción de que su mujer tenía derecho a tener hijos con cualquier hombre que ella eligiera. Al año siguiente, Hanns convenció a la policía de Berlín de que Otto era un peligroso psicópata que debía ser encerrado en un asilo y apartado de la educación de los hijos que había tenido con Frieda, a quien pidió además que se privara de sus derechos de padre.



El arresto de Otto provocó la reacción de los intelectuales de Prusia, Austria y Suiza, que firmaron solicitadas a su favor. Durante su encarcelamiento, Otto escribió una ética en la que afirma que la psicología del inconsciente era la filosofía de la revolución. El psicoanálisis se encargaría, según él, de liberar a los hombres, de crear un fermento de revolución en la psique. Curiosamente, los certificados de locura firmados durante una internación por Jung y por Freud habían contribuido a hundir a Otto en los terribles manicomios de la época.


LA BONDAD DEL GÉNESIS


Fueron varios los intelectuales de principios del siglo XX que cayeron bajo la fascinación de Gross y la atmósfera de Monte Verità. El novelista Franz Werfel fue uno de ellos. En su novela Barbara expone las teorías de Gross, a través del personaje del doctor Gebhart, quien sostiene que el placer es el único criterio de valor. Según Gebhart-Gross, el amor reinaba en los tiempos de Babilonia, cuando la mujer tenía la misma dignidad que el hombre, pero el monoteísmo judío apartó el amor del mundo. La Biblia, salvo en el Génesis, difundió el patriarcalismo.
Gebhart-Gross suponía que el Génesis de la Biblia debía de haber sido escrito por un sacerdote de la vieja religión matriarcal porque en sus páginas se admite que la mujer fue en un momento histórico desviada por el Espíritu Maligno. Este la persuadió de renunciar a su antigua dignidad, que la ponía por encima del hombre y la asimilaba a la Madre Tierra, a cambio de comodidad y de protección. 
Cuando el hombre y la mujer, tentados por el Mal, comieron el fruto prohibido, sellaron el trato por el cual cada varón promete mantener a una mujer y a sus hijos a cambio de que ella se convierta en su propiedad privada.La sociedad había terminado por asesinar a la Madre mítica.


Otro de los escritores que se interesaron por la personalidad de Gross fue Franz Kafka, que lo conoció en Praga. Kafka había leído los ensayos sobre psicoanálisis de Otto Gross y, por cierto, comprendía la terrible relación que éste tenía con su padre, ya que tenía muchos puntos en común con la que él mantenía con el suyo. Por si fuera poco, Kafka había sido alumno de Derecho de Hanns Gross. El autor de El proceso no pudo haber simpatizado con él, pero la aparente coincidencia entre su pensamiento y la tesis de Hanns de que algunos hombres han nacido criminales y, en cierto modo, están condenados a ser procesados y castigados desde el nacimiento, debe de haberlo impresionado porque, de un modo diferente, Kafka sostiene esa idea y la hace aún más extrema. Todo hombre es culpable, aunque no sepa de qué crimen.


EL SACERDOTE DEL AMOR



Si bien no llegó a conocerlo D. H. Lawrence se vio influido por las ideas de Otto Gross. Frieda von Richthofen, que sería la esposa de Lawrence, había pasado una temporada en Ascona y había compartido el amor de Otto con su hermana Else (ésta tuvo un hijo, Peter, con Gross). En la descripción que Frieda hizo de Otto a Lawrence, el psicoanalista aparecía "tan hermoso como un Dionisos blanco". En la novela de Lawrence Mr. Noon , el personaje de Eberhard está inspirado en Otto. De acuerdo con el texto de Lawrence, Eberhard-Gross "hacía creer en el amor, en el carácter sagrado del amor".
Cuando Frieda se unió a Lawrence, le entregó las cartas que Gross le había dirigido como una especie de dote intelectual. A través de ella, Lawrence recibió no sólo la influencia de Otto, sino la de todo el ambiente espiritual de Ascona que practicaba el culto solar y veneraba la pureza de la carne y de los instintos. Frieda, según Gross, había logrado liberarse "de la castidad impuesta por la moral, de la Cristiandad y de la Democracia, y toda esa pila de tonterías..."


HESSE Y LA VIRGEN


Hermann Hesse recibió la influencia de Ascona por varias vías. Siempre se sintió atraído por el vagabundeo. En uno de sus primeros libros, Knulp , el protagonista es un vagabundo amable que vive en un mundo de juego y sensualidad. Los peregrinos que iban hacia Monte Verità y pasaban frente a la casa de Hesse excitaron de joven su sed de aventuras. En 1907, Hesse siguió una cura en la clínica de Ascona para librarse del alcoholismo y al año siguiente se encontró allí con Gusto Gräser. 





La figura de ese hombre que vivía entre las piedras, apartado del mundo de producción capitalista, atrajo la fantasía de Hesse, que se inspiró en él para crear algunos de sus personajes.
Gräser se había atrevido a hacer lo que Hesse nunca haría. Recorría Suiza y Alemania predicando la vuelta a la naturaleza y el rechazo a la sociedad capitalista. Al mismo tiempo, escribía sobre Lao Tse. Perseguido por las autoridades como un sospechoso anarquista, fue encarcelado varias veces. En una de esas oportunidades confió sus textos sobre Lao Tse a Hesse. Huellas del contacto de éste con Monte Verità se pueden encontrar en Demian , que fue calificada de novela junguiana, en El lobo estepario y en El juego de abalorios , que termina con el baile místico de un joven, contemplado por su maduro tutor, frente al lago. 




Esa última escena le debe mucho al espíritu de Rudolf Laban y Mary Wigman, creadores fundamentales de la danza contemporánea y animadores de la vida cultural de Ascona. En Viaje a Oriente también hay referencias a Monte Verità. Leo, uno de los principales personajes del libro, es una recreación de Gusto Gräser.
Hesse fue muy sensible al culto de la Mujer que se practicaba en Ascona. Llegó a escribir un artículo sobre la Fiesta de la Madonna en el cantón Ticino. Su pensamiento, marcado por el psicoanálisis de sello junguiano al que se había sometido, lo había hecho en los años de juventud muy devoto de la figura de la Madre, como puede apreciarse en Demian , donde el protagonista queda encandilado por la bella madre de Demian.
Durante varios años, Hesse siguió en contacto con Gräser y solucionó los problemas económicos de éste. En cierto modo, se sentía culpable de haber utilizado la existencia atormentada de Gräser para su obra. Pero mientras Gusto terminó su existencia en 1958 casi como un mendigo, pero fiel a sus ideas contradictorias, Hesse sucumbió a la comodidad que le proporcionaba el dinero que ganaba con sus libros, a la popularidad y, finalmente, al Premio Nobel.
A fines de 1919, con la partida de Laban de Ascona y con la muerte de Otto Gross, en 1920, el espíritu que había animado Monte Verità terminó disolviéndose y pronto cayó en el olvido. La muerte de Gross en 1920, entregado a la locura, persiguiendo la sombra de la Mujer y el espejismo de una sociedad matriarcal, era una advertencia del peligro que podían correr los que desafiaban el patriarcalismo.



Entonces Ascona fue invadida por una sociedad cosmopolita, rica y frívola, que seguía el prestigio maldito de la bohemia en el preciso instante en que la bohemia abandonaba las costas del lago. Pronto esas tierras que los fundadores de Monte Verità y los peregrinos habían comprado por nada se valorizaron. Las islas de Brissago, en el medio del lago, frente a Ascona, adquiridas por Max James Emden, rico comerciante de Hamburgo, se convirtieron en el centro de una vida social aristocrática y disoluta. El espíritu demoníaco de Ascona se había reencarnado, pero esta vez no era el ardor vital del sexo lo que movía a los cuerpos y a las almas, sino el del dinero. Veinte años después, el capitalismo había derrotado y, más aún, asimilado a la contracultura. Por Hugo Beccacece 

LA COMPLICADA ESPIRITUALIDAD DE MONTE VERITÀ.

De hecho, el lugar tenía ya desde el S.XV unas reminiscencias sagradas, puesto que en el 1428, en una fuente –La Fonte della Madonna- a 150 metros de donde se alzaría la comunidad, se había aparecido la Vírgen. Tambíen hubo un Santuario dedicado a la Vírgen. Por si ésto fuera poco, en los siglos XVI y XVII, el lugar había sido escondito de la secta de los Waldenses –los que viven en el bosque-. La vocación religiosa de la zona, parece incluso més antigua, dado que por los alrrededores se han encontrado restos megalíticos y, según parece, los restos de algún castro u oppidum, incluso un auténtico Santuario celta. El mismo nombre de Ascona, nos remontaria a una antigua Diosa Madre de orígen prehistórico.A buen seguro que todos éstos datos influyeron en la elección del lugar por los hermanos Graeser. Y, aunque ésto no lo supieran nuestros protagonistas, según unas mediciones efectuadas en el año 1977, Monte Verità es uno de los tres lugares de Suiza donde pueden apreciarse fuertes anomalías magnéticas, seguramente a causa de los depósitos de ferrita.




Hay que reconocer que el nombre, sumado a la belleza natural del lugar, puede despertar algunos sentimientos de religiosidad relacionados con el misticismo, religiosidad mística inspirada en "La naturaleza de Nuestra Señora". Es interesante añadir que las vistas desde Monte Trinita, donde estas siete personas vieron por primera vez el futuro Verita Monte, las tres colinas de Monte Verita, de hecho, se parecen una mujer acostada. Esta semejanza es aún más sorprendente cuando uno se acerca por el camino a pie, al ver lo que se parece a tres generosos "pechos", que, en primer plano, el famoso "Monte Verita " (un verdadero monte de Venus ), como se puede ver no muy lejos del actual puente de la carretera que atraviesa el río Maggia, para enlazar con la llanura Locarno Ascona.
Entre sus fundadores Oedenkoven, tenía a través de lazos familiares relación con los círculos de Helena Petrova Blavatsky, una de las fundadoras de la Sociedad teosófica, quien es muy posible que estuviera enterada del propósito de fundar esa comunidad. En intercambios de correspondencia anteriores a la compra ya se hablaba de organizar una especie de monasterio teosófico la “Fraternitas”, el documento habla, entre otras cosas de dieta vegetariana, la teosofía y la vida según la fraternidad universal.
El propósito declarado de Oedenkoven, hijo aún muy joven de un rico industrial de Bélgica, fue el de construir un sanatorio dedicado a lo que hoy llamaríamos "naturopatía". En este sentido, él y sus amigos fueron sin duda pioneros. La reforma se orientaba tanto a los alimentos, como a la ropa y a las relaciones sociales. El proyecto de Hoffmann-Oedenkoven en Monte Verità tuvo desde su inicio el retorno consciente a la naturaleza, llamado lebensreform (reforma de vida), que podía alcanzarse por medio del vegetarianismo y el nudismo, así como la liberación del hombre –entendido como unidad del cuerpo, el alma y el intelecto– a través del potencial físico e intelectual reprimido. El cuerpo fue el protagonista. La enseñanza consistía en usar "ritmos biológicos primitivos", la práctica de tratamientos de helioterapia (curas de sol) y ejercicio físico. Bajo la visión de un esfuerzo autopedagógico que revitalizara al cuerpo, se obtendría la pureza de espíritu.


 
Por otro lado, Oedenkoven no era hostil al progreso. Podía apreciar la comodidad que proporcionan algunas innovaciones tecnológicas, siempre que no se degradase la naturaleza circundante. Una gran parte de sus esfuerzos se orientaron en convertir a la cooperativa económicamente viable. En 1905, cinco años después de su entrada en escena, publicó un folleto titulado "Normas Provisionales de la Sociedad Vegetariana del Monte Verita", donde leemos que el objetivo de la cooperativa fue el desarrollo de nuevos estilos de vida (hoy diríamos "alternativa"), para "un mejor acuerdo con las leyes de la naturaleza". 






Esta armonía con las leyes de la naturaleza está simbolizado por el signo Taoista del Yin-Yang, que aparece en el techo, encima de las ventanas del edificio principal de la cooperativa Monte Verita, construido en el año 1904 a petición de su amigo Henri Odenkoven por Walter Hoffmann (1871-1904). En ese punto, podríamos decir que el edificio central, que son sólo escaleras, era una especie de templo taoísta. De alguna manera, este templo está todavía allí en el vacío persiste debido a que conserva la terraza existente, que es en realidad nada más que la base del antiguo edificio. Además no debemos olvidar que la esposa legal de Oedenkoven Isabelle, era grado VIIº de la Sociedad esotérica Ordo Templis Orientis, sociedad semejante a la Masoneria, vinculada con Alister Crowley y la mágia.
Su compañera, Ida Hofmann-Oedenkoven (1864-1926), pianista austro-húngara estaba dotada también con un sentido práctico, sabiendo que debemos ser más receptivos y sensibles a los valores intangibles de la existencia. A ella debemos el nombre de algunos nombres wagnerianos de Monte Verita "The Glade Parsifal" (Parsifalwiese), "El Peñón de las Valkirias" (Walkürenfelsen), etc., Haciendo de la colina una especie de Asgard o Salón de la música wagneriana. Por lo tanto, cabe preguntarse si algunos Monteveritani no han hecho una conexión entre Asgard y Ascona. Dada la wagnéromania de aquellos tiempos, esos nombres sin duda podrían ser considerados una atracción turística importante. 




Sin embargo, no podemos decir que las motivaciones de Ida Hofmann no eran más que turísticas (aunque, al igual que su compañero, estaba preocupada por la viabilidad económica de la empresa). De hecho, también tendrá la redacción de por lo menos tres libros: el primero da consejos para "el desarrollo armónico de la Condición Jurídica y Social de la Mujer"; el segundo está dedicado a la promoción del végétarianismo, mientras que el tercero se describe la historia "y no verdadera narración" de Monte Verità. Es decir, que junto al pequeño libro de Adolfo Grohmann, un folleto de humor anarquista, Erich Mühsam que se quedó en el Monte Verita en 1904, así como algunos artículos laudatorios a veces, o a veces polémicos, en la prensa, fué uno de los primeros textos que han ayudado a difundir el mito de Monte Verita. Ida Hofmann describe su encuentro con Henri Oedenkoven en el verano de 1899, en un instituto de la "naturaleza curativa", el Naturheilanstalt Rikli Veldes en Austria, donde nació la idea de establecer un sanatorio mucho más vanguardista en algún lugar al sur de los Alpes.
Es interesante para nuestros propósitos que Ida Hofmann guardara ciertas distancias con las "antiguas supersticiones", incluyendo el cristianismo al que considera osificado. Uno de sus autores favoritos, fué el ruso Lev Tolstoy, en particular sus obras menos conocidas hoy como “El reino de Dios está en nosotros” (1893 - Master Eckhart hubiera dicho lo mismo!) y la nota de “la decepción de la Iglesia (1900, lo que le valió la excomunión de la Iglesia Ortodoxa en 1901). Sin embargo, Ida Hofmann mantuvo ciertas distancias con las nuevas teorías esotéricas-religiosas de su época, como: "Ciencia Cristiana", la teosofía, el espiritismo, la espiritualidad, el misticismo, etc., 



aunque ella misma presentara a los monteveristas a Theodor Reuss, máximo dirigente de la Ordo Templi Orientis y que gracias a ella y a su compañero, el bailarin checo Rudolf de Laban, tambien miembro de OTO y su compañera Mary Wiegemann, se instalara en Monte Verità. Asimismo, considera que la mayoría de las experiencias "suprasensibles del mundo" no son más que percepciones ilusorias inducidas por la irritación excesiva del sistema nervioso, y las consideraba indeseables para la salud de nuestro organismo. A pesar de esto, ella acepta con curiosidad apologistas y acoge con amabilidad a personas de todas las creencias religiosas (ortodoxos o heterodoxos), teósofos, espiritistas, etc., Interesados ​​en el sanatorio Monte Verita. A pesar de las reservas mencionadas anteriormente, cabe destacar que dos lugares de su libro el "misticismo" (y no "mística") adquiere una nota muy positiva, la palabra "místico" parece referirse al instrumento mientras una "conciencia de la determinación de su propia individualidad". Podemos deducir que en cierta medida para Ida Hofmann, lo místico es una forma de interioridad, es decir, un camino para el verdadero conocimiento de sí mismo.


Gräser, Gustav (1879-1958) Aunque este joven profeta en sandalias (que sólo tenía 21 años en el momento de incorporarse al grupo en 1900), no parece haber sido muy bien recibido por Ida Hofmann y Oedenkoven, hay que reconocer que el mito de Monte Verita no habría llegado a ser lo que es sin este personaje carismático. Nacido en Kronstadt (rebautizada Stalin en 1950 y Brasov en 1960), es decir, uno de los siete pueblos o ciudades fortificadas de Transilvania, construida en el siglo XIII por los Caballeros Teutónicos, Arthur Gustav Graser ( llamado Gusto Gras) fue sin duda un caballero teutónico en lo físico, pero absolutamente nada marcial o militarista en las profundidades de su alma. Muy por el contrario. Su oposición a cualquier forma de violencia, que profesaba a lo largo de su larga vida, a veces a costa de enredos serios con las autoridades - incluyendo al menos dos de cárcel, e incluso la pena de muerte en 1915, de la que salvó por poco por la llegada de su esposa, acompañada por una de sus cinco hijas - le valió el epíteto de "Gandhi del Oeste".



Muchas personalidades famosas que han conocido y amado - y que a veces tuvieron que intervenir en su favor después de algunos problemas con las autoridades, entre ellos el profesor Auguste Forel, Hermann Hesse y Thomas Mann, quien dice que Gräser es un hombre de corazón puro. Un poco como los predicadores cátaros, o como Meister Eckhart, viaja grandes distancias a través de Europa, principalmente a pie, a veces en un pequeño remolque tirado por dos caballos, junto a su esposa y seis niños que no eran todos de la misma.
       



Antes de unirse al grupo fundador Monteveritani, Gustav Gräser dio un breve aprendizaje con el "místico pintor" Diefenbach Karl Wilhelm (1851-1913), cuyas obras siguen siendo expuestas en el Musée de la Chartreuse en la isla de Capri. De éste breve aprendizaje con Diefenbach, hay una tabla que ilustra el ideal de la desnudez y volver a la naturaleza, que se encuentra en el Museo de la Casa Anatta (Fondazione Monte Verita).





De hecho, Gustav Gräser rara vez ha permanecido en el territorio de Monte Verita, pero si el tiempo suficiente en la periferia, en particular en una o más de las cuevas rocosas.
 Gräser Gusto también tenía una casa construida entre 1903 y 1906 con su hermano Karl Gräser: "La casa de Demian" (Demianhaus, en palabras de Hermann Müller, destacando la residencia y encontraron inspiración una vez que Hermann Hesse). Esta casa todavía existe, pero parece que ahora está en peligro de demolición. Para los artistas, escritores y poetas, una figura tan extrema que Gustav Gräser era obviamente más atractiva que los otros copropietarios de la Colonia Monte Verita vegetariana, incluida la libertad de puesta en escena teatral, se limitaba en gran medida por la conciencia razonable y racional de lo que era físicamente posible. Esto dio lugar a una situación paradójica, es decir, que los visitantes vinieron a vivir al Sanatorio Monte Verita, pero lo que esperaban encontrar, sobre todo, era al “ermitaño” que llevaba una vida desnuda en una cueva.



De todos modos, Gustav Gräser (tal vez inspirado por su encuentro con el hermano de Isadora Duncan, Raymond en París en 1901) Se dice que es el instigador de bailar desnudo - o casi desnudo - celebrados al claro luna, en círculos de gran tamaño, a veces alrededor de un fuego, lo que habría implicado un máximo de sesenta personas, “las mujeres y los hombres de los bosques" (Waldfrauen und Waldmänner). Era danza religiosa o extática, probablemente con algo erótico sexual pero no en el sentido habitual del término. Los críticos hablaron de orgías, pero en realidad, los participantes buscaron algo más universal que la unión carnal, es decir, estar en comunión con la naturaleza y redescubrir la "interioridad mística". Hablamos de esto como Waldandachten de "Meditaciones de Bosque". 





En el dialecto local de los lugareños hablaban de Balabiott, que significa "el poseído" por algunos - o según otros, simplemente: los que "bailan desnudos" en los claros de la montaña. Entre los locales, algunos parecen haber reconocido a las danzas religiosas sinceras y genuinas en el día y / o noche, mientras que la mayoría quedaron impactados por la desnudez. De todos modos, como bien dice Hermann Müller, el carisma de Monte Verita era en gran parte “Gioia Monte” (Monte del Gozo) como Gustav Gräser solía llamar "su" Monte Verita. Y da una larga lista de autores que se han ocupado de este tema: Erich Mühsam, Frederic van Eeden, Hermann Hesse, Goetz Bruno, Johannes Schlaf, Hauptmann Gehard, Oskar Maria Graf, Jung Franz, Szittya Emil y otros.



Entre estos autores, Hermann Hesse es probablemente el que  más conoció a Gräser Gustav, a quien visitó varias veces. En el se inspiró para describir el héroe de su novela Demian. 





Su esposa, Elizabeth Dörr (1876-1953), de quien estuvo claramente enamorado Hesse, se convierte en la señora Eva en la misma novela. "Yo vivo desnuda y excitada, como un ciervo en el bosque de rocas", escribió sobre su primera visita a su amigo en el bosque Arcegno. Estudian los  Upanishads. Más tarde, Gustav Gräser le confió su traducción libre (o paráfrasis) el Tao Te Ching de Lao-Tzé. Inusual ya que según él, Tao significa "deshielo" o "rocío", como si se tratara de una palabra alemana (Tau = "rocío"). Su estilo es original y, a veces salpicado de buenos hallazgos pero el léxico es  veces bastante inmaduro, lo que sugiere que Gustav Gräser era mejor como Maestro de vida, mientras que Hermann Hesse fue sin duda un maestro mayor de la lectura. Referencias a Jesús, Nietzsche y Maître Eckhart (que probablemente ha leído en la traducción de 1903, publicado por un amigo de Erich Mühsam, es decir, Gustav Landauer –otro miembro de la Sociedad Teosófica-: nacido en 1870 - fue asesinado en 1919, tras la revolución de noviembre de 1918 en Munich), se encuentran también referencias a autores clásicos como Rousseau, Tolstoi y Leaves of Grass (Hojas de hierba) Walt Whitman (1819-1892). 




Gustav Gräser estaba al tanto de un acercamiento entre el libro de Whitman y su propio nombre, por ello en señal de saludo, a veces se ofreció a los visitantes una brizna de hierba (Una hoja de hierba).

LA DANZA EN MONTE VERITÀ



La danza como el arte del cuerpo por excelencia encontró en Monte Verità el centro ideal. Aquí, la danza se convirtió en la expresión más emblemática, en el símbolo ideal y unificador de un mundo heterogéneo de ideas y personalidades.
Varios innovadores de la danza fueron atraídos por Monte Verità. En 1909, Jacques Dalcroze, estudioso del sentido rítmico originario de la danza, permaneció varios meses en la colonia. 



En 1913, la influencia de Isadora Duncan en Monte Verità quedó grabada tras su visita. Habiendo sido la primera en inspirarse en las esculturas griegas y en la eurritmia (síntesis de música y movimiento acorde a la metodología del ritmo plástico) de la antigüedad clásica para sus interpretaciones, fue quien la difundió desde 1899. Fue refutada por su danza con los pies desnudos y adorada por otros como la sacerdotisa de una nueva danza sagrada. El bailarín húngaro Rudolf von Laban (1879-1958), quien había iniciado una escuela de danza dramática en el teatro nacional de Bratislava y, hacia 1910, abierto una escuela de danza libre y absoluta en Mónaco, en 1913 decidió fundar en Monte Verità una filial de su escuela, bautizándola como "Escuela de arte cooperativa individual de Monte Verità", cuya tarea fue encontrar una forma de vida simple para alcanzar la regeneración vital de las artes, basada en las ideas difundidas porgesamtkunswerk (síntesis de las artes). 



Se rechazó toda forma artística esquemática e institucionalizada. El retorno al ritmo original del movimiento fue la reforma principal de la danza.
En la nueva escuela, la teoría del movimiento de Laban se basó en los factores de movilidad: el peso, el tiempo, el espacio y el flujo. Los cursos se dividieron en cuatro secciones: el arte del movimiento, el arte del sonido, el arte de la palabra y el arte de la forma. Con la esperanza puesta en el trabajo comunal, Laban esperaba encontrar la fusión del individuo en una danza común, de manera que cada integrante mantuviera una expresión libre total que vibrara al unísono con los demás. Para Laban este sueño se llamaría la Catedral del futuro. La nueva escuela de danza estuvo regida por los principios del cooperativismo; sus discípulos adoptaron una estricta alimentación vegetariana, sembraban, cocinaban, hacían sus vestidos, hacían ejercicio al aire libre con los pies desnudos, en flotantes túnicas, tratando de penetrar en los secretos del cuerpo y su relación con el espacio y la naturaleza. 




La creación coreográfica de Laban era concebida como poesía danzada y lo llevó a crear para Monte Verità obras como la danza dramática, El viaje al infierno de Istar, inspirada en mitos de la antigua Babilonia, y Danza la baqueta del tambor, inspirada en las antiguas religiones de México. Entre las alumnas de Laban estuvieron su asistente Mary Wigman, promotora de la danza absoluta, antecesora de la danza expresionista alemana, y Sophie Taeuber, compañera del poeta dadaísta Hans Arp.




En 1920, la escuela de Monte Verità fue cerrada tras la partida de la pareja Hoffmann-Oedenkoven, pero la danza continuó a cargo de la bailarina Charlotte Bara, quien promovió una danza expresiva de carácter ritual y religioso. 




Bueno como habéis podido comprobar los monteveritanos, llevaron muy lejos sus ideales, aunque casi olvidados, por la presión de una sociedad cada vez más "práctica, cómoda y materialista", esos ideales siguen estando ahí, para cualquiera que vuelva sus ojos y corazón hacia ellos.
Como siempre, espero que os haya sido útil e interesante.